lunes, 7 de julio de 2008

“One click more and you are death”


Partiendo del enunciado de Aristóteles Onassis de que “El secreto de un gran negocio consiste en saber algo más que nadie sabe” y de la filosofía del “One click more and you are death”, ya podemos atisbar dos de los pilares fundamentales en los que tendremos que ahondar profesionalmente a la hora de diseñar las estrategias para vender nuestra marca y fidelizar clientes: la capacidad para crear y transmitir valor añadido por un lado y la cruda realidad de que el cliente es infiel por antonomasia y que, además, no le gusta perder el tiempo, por otro.

Comencemos por el primer pilar básico: la creación y transmisión de valor añadido. En este punto merece la pena destacar la famosa frase que Heráclito pronunció en el siglo V a. C., en la que destacaba que “La guerra es el padre de todas las cosas”. Con esto, el sabio griego intentaba explicar los fenómenos que se producían a su alrededor como una lucha entre dos o más bandos, por ejemplo el día y la noche, cuya tensión en torno a algo que les era común (en este caso el fenómeno que permite la rotación entre ambos estados) venía dada por eso que tienen en común y de lo cual se nutren sus diferencias, las cuales producen la tensión necesaria para generar el fenómeno.

Pues bien, en este caso, la capacidad para crear y transmitir valor añadido vendría dada por un análisis previo de todas las marcas que, como la mía, intentan hacerse un hueco en el mercado con la venta de productos y servicios comunes. Esto es, conviene y se hace necesario establecer de antemano los aspectos que me unen con esas marcas para, a partir de ahí, desarrollar las acciones oportunas para diseñar los puntos que me van a diferenciar de ellas y que van a hacer que el consumidor irracional (aspecto con el que debemos jugar), en un momento dado, se muestre dispuesto a pagar por nuestra marca primero y producto después, antes que por ninguna otra.

Pero para generar valor añadido deberemos desarrollar una comunicación con el consumidor que me permita conocer qué cantidad de su dinero gasta en mí y en las otras marcas comunes a la mía, con información relevante en cada contexto; conocer la opinión del cliente y dirigir nuestras acciones a un mercado en el que el consumidor es ahora el que tiene el poder, poniendo en marcha una estrategia multicanal aprovechando las herramientas cuantificables que internet y las nuevas tecnologías nos ofrecen para conocer al consumidor.

Además, la marca deberá sustentarse en una sólida historia que la haga única sobre el resto, contribuyendo a esa diferenciación y reportándole valor, teniendo muy claro dónde estamos y adonde queremos llegar, la necesidad de integrar las áreas de la empresa, de medir y cumplir los objetivos y de establecer una fluida organización y comunicación interna. Todo ello dirigido a fomentar una experiencia y relación positiva con el consumidor, que generalmente compra por salud, satisfacción y conveniencia, generando un vínculo que, amparado en todo lo anterior, busque la satisfacción del cliente como medio para fidelizarlo a través de una imagen de marca que trascienda al producto.

(Fuente de la imagen: http://mibolivia.blogia.com)

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